En este artículo resumiré todo lo importante que debemos saber sobre las proteínas y por ello haré referencia a las características a la hora de consumirlas tanto por exceso como por falta.

Posiblemente lo que la mayoría de nosotros sabemos, hemos escuchado o nos han explicado, se refiere a las funciones que desempeñan y por tanto la importancia de consumirlos en una proporción adecuada (esto varía según diversas características, entre ellas el ejercicio físico), por lo que si existen deficiencias, una o varias de las funciones en las que intervienen no se llevarán a cabo, cito a continuación:

  • Estructural (estructuras celulares, elasticidad, resistencia de órganos y tejidos)
  • Enzimáticos (biocatalizadores)
  • Hormona (insulina, glucagón)
  • Regulador (ciclina)
  • Homeostático (equilibrio del pH)
  • Defensivo (sistema inmunológico)
  • Transporte (oxígeno, lípidos, electrones)
  • Contráctil (actina, miosina)
  • Reserva (ovoalbúmina, lactoalbúmina)

Más allá de dar características de estas funciones, lo que quiero que entiendan es la gran importancia y papel de este macronutriente y por ello debemos poner especial atención a nuestra capacidad de asimilar la proteína, de incorporar cantidades específicas y de no saturar el ambiente intestinal/inmunitario provocando que cada vez lo rechacemos a nivel metabólico en mayor proporción cuando lo incorporamos en exceso durante mucho tiempo.

¿Por qué sucede esto?

Uno de los factores principales y muy fácil de entender es la costumbre de la población occidental. Desde pequeños solemos realizar un consumo mucho más abundante de carne que de pescado lo que hace que estemos expuestos en mayor medida y durante mucho más tiempo a productos cárnicos que originan una saturación metabólica (receptores, señalización, etc…) que llevan a personas que sufren molestias gastrointestinales al consumir carne y deben acudir a dietas donde se prescinde en gran medida de ella durante un tiempo determinado para paliar y/o equilibrar esa situación.

Este exceso de proteínas o su malabsorción, a diferencia de lo que muchas veces se puede escuchar sobre “la proteína no engorda”, “la proteína es el único macronutriente que no se almacena y se elimina”; desgraciadamente no es así. Si bien es cierto que la proteína no se almacena como tal, sino que lo está en forma de grasa, por lo que que una persona consuma tan solo 3000kcal de proteína hará que si su gasto calórico es menor, pueda almacenar grasa con seguridad y además, conlleva problemas de deshidratación (ya que la proteína requiere de gran cantidad de agua para su utilización y excreción) y pérdidas de calcio lo que puede provocar osteoporosis a largo plazo.

Por último y algo más complejo, existe un monosacárido llamado Ácido Siálico que predomina en las carnes rojas y lácteas y que tiene un gran impacto sobre el sistema inmune, aumentando los niveles sanguíneos de anticuerpos IgA, IgM e IgG y provocando más dificultades para mantener en buen estado el metabolismo proteico.

Gráfico del blog NECESITO

Las imágenes muestran al final del día como hay una exposición real de este monosacárido de las proteínas que podemos consumir en el entorno del sistema inmune y como consecuencia como se liberan anticuerpos para combatir esa exposición. Esto sería tema de explicación aparte, la reacción antígeno-anticuerpo, pero como decía al principio con las funciones de las proteínas lo importante es que entendamos la necesidad de equilibrar el contenido diario de nuestra ingesta proteica según la necesidad de cada persona para poder establecer el umbral que nos permitirá mantener un entorno saludable y a la vez conseguir los objetivos que nos propongamos en relación al ejercicio/estética.

¿Alguna recomendación?

A quienes me hacen esa pregunta les respondo: “Sí, las hay”.

  • No os dejéis influenciar por la típica orientación cuantitativa de ingerir tantos gramos de proteína por kg de peso... Esto es muy, muy subjetivo, hay muchos factores que influyen y determinan este parámetro.
  • Atiende el valor biológico de la proteína ya que es lo que garantiza la completitud de su ingesta y por tanto la optimización de sus funciones.
  • Consume diferentes fuentes de proteína a lo largo del día/semana, de esta manera evitarás lo que decíamos al principio del artículo sobre el exceso de exposición y la reacción negativa en el ambiente intestinal y el sistema inmune.
  • En periodo de regulación intestinal, restringir abundantemente la proteína de origen animal, esto no debe suponer un tiempo extenso, a veces con una semana es suficiente para contemplar mejoras y adicionalmente si hay fines deportivos, se puede asegurar la calidad del aporte en esta fase incorporando aminoácidos esenciales en forma de suplemento (importante la elección de un buen suplemento).

Y con este pequeño artículo espero que hayas comprendido el rango de influencia que tiene este macronutriente en el organismo y te ayude a gestionar un poco mejor tu alimentación en cuanto a contenido proteico o al menos orientar tu estado para que un profesional te pueda ayudar en consecuencia.

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